jueves, 29 de agosto de 2013

Montes Tatras, el techo de Eslovaquia y II

AQUERAS MONTAÑAS
TRAVESÍAS VARIAS JORNADAS
Montes Tatras, el techo de Eslovaquia y II
Miércoles 7 a lunes 12 de agosto de 2013


            Miércoles, 7 de agosto. Cuarta jornada de monte. Y última en los Altos Tatras. La más espectacular, al menos en lo que se refiere al punto de arranque y regreso, que es el emblemático Strbské pleso, que aglutina una gran urbanización en sus orillas como centro invernal de primer orden. Estamos pues ante una circular que subiendo por el Mlynicka dolina, o valle del Molino, bajaremos por el Furkotsky dolina, haciendo el cambio de valles a través de un collado de espectacular acceso, el Bystré sedlo, o Asiento del Cabrón. No preguntéis. El cordal donde se sitúa tiene la particularidad de que es una gran divisoria de aguas a nivel continental, pues las que bajan del valle de subida vierten al Danubio, que es cuenca del mar Negro, y las del valle de bajada finalmente van al Báltico. Unas sureñas y otras norteñas.

 

Preparativos para el collado
          La mañana comienza con los calentamientos y estiramientos de rigor. Atravesamos las instalaciones de la estación invernal, donde destacan los trampolines de saltos, construidos para los mundiales de 1970. Como siempre, los primeros compases son por bosque, hasta que salimos al encuentro de una reata de lagos, pero antes pasamos frente a una famosa cascada, la  Skok vodopád, o cascada del Salto. Tres horas y media hasta el último lago de subida, el Capie pleso, que hace de arranque para la dura subida al collado ya mencionado, cuyos últimos pasos están provistos de cadenas, por las que todos pasamos con nota. Habría opción de hacer un pico desde aquí, pero finalmente Benito lo descarta. Bien, ya tenemos la vista del valle de bajada, el Furkotsky, que también alberga lagos en su seno. En uno de ellos, en el Vysne Wahlenbergovo pleso paramos para hacer la comida del día, otros dos pequeños mini bocatas al amor de unas ensaladas de circunstancias. Pero qué rico nos sabe todo, xD.

  

Espléndidos Tatras
          Y en poco más de dos horas, acompañados de unos despistados tres cerditos, siete enanitos, una cenicienta, otra blancanieves, y no sé cuánta gente más, que no paran de cambiarse de cuento, nos presentamos de nuevo en el punto de partida, en ese Strbské pleso en cuyas orillas se ha desarrollado todo este tinglado de turismo invernal. La pivo de la tarde, el Mariano, la llegada al Reitmayer, en fin, lo habitual. Otro día más de montañas, collado y lagos, y mucho sol, mucho aire, y muchas cosas más, que nunca agradeceremos lo suficiente. Distancia: 18 Km. Tiempo total: 10h. En movimiento: 6h 15'. Desnivel positivo acumulado: 1.050 m. Negativo: 1.050 m.

Collado del Cabrón, con Lola


San Bruno
          Jueves, 8 de agosto. Quinta jornada de monte. Cambiamos de macizo, atravesamos parte de esta depresión para acercarnos a los Bajos Tatras. Nos vamos a Podlesok, principal entrada al llamado Slovenský Raj, o Paraíso Eslovaco, otro Parque Nacional, y es que no es para menos, porque alberga una considerable concentración de barrancos, algunos de ellos equipados para poder discurrir por su seno. Concretamente, es el Sucha Bela el que nos apretamos, a base de buenos tramos de cadenas y de interminables escaleras. Bueno, es otra forma de pasar el día, no siempre vamos a estar colgaos por ahí… Cerca de dos horas y media salvando dificultades en forma de artificios y las naturales propias de los troncos que va arrastrando el barranco en sus horas altas.

En el barranco Sucha Bela
            Salimos ya a una pista forestal, como todas tediosa, pero en sombra, que nos lleva al cabo de otra hora y media larga hasta el refugio de hoy, que se llama Klastorisko, donde aprovechamos para comer. Junto a él se encuentran las ruinas de un viejo monasterio cisterciense, que un San Bruno tallado en madera se encarga de indicarnos. Y en poco más de una hora de nuevo al punto de partida, donde nos recoge Mariano para llevarnos a Poprad y pasar un rato de tiendas, ahora sí, de tiendas. Reitmayer, a cenar y a dormir. Distancia: 15 Km. Tiempo total: 6h 35’. En movimiento: 4h. Desnivel positivo acumulado: 510 m. Negativo: 510 m.
Recorriendo el barranco


Despedida de Reitmayer y su casera
            Viernes, 9 de agosto. Sexta jornada de monte. Bien que hemos estado estas últimas siete noches aquí, y bien que nos han tratado. Foto de despedida con la casera y al bus amarillo, que nos cambiamos de Tatras. Ahora toca a los más occidentales, a los pequeños, a los llamados Mala Fatra, y antes de llegar al nuevo alojamiento tenemos el escenario en el que vamos a actuar hoy. Se llama Spálená, y a pesar de estar a escasos mil metros, está dotado de una estación de esquí. Por estos lares, lo que pierden en altitud, lo ganan en latitud. Estamos en el Parque Nacional Malá Fatra, creado en 1988.

En el Rohácsky vodopád
            Una pista asfaltada sirve para dar los primeros miles de pasos. Pronto nos desviamos para visitar un gran salto de agua, el llamado Rohácsky vodopád, lo que nos obliga a volver sobre lo andado, para salir al valle principal y encaminarnos hacia la subida a los lagos del mismo nombre, que van numerados del uno al cuatro, pero que al cogerlos de bajada pasaremos por ellos de forma inversa. Como hora y media hasta el collado, que al contrario que otros, es una amplia plataforma que alberga a este cuarto lago, que anda por los 1.720 metros de altitud, siendo nuestra máxima altura de hoy. En llegando a él parece que la situación atmosférica que se iba configurando en la subida va confirmando las ganas que tiene de sorprendernos con una buena ‘ruchada d’aigua’, y lo hace, pero es más el aparato eléctrico que la lluvia, y no sé qué es peor.

Imposible reflejarnos, no estamos
preparados para tanta pureza
            Bueno, pues poco más, visita sin detenerse no es visita, así es que hola, buenas y adiós en los otros tres lagos que nos encontramos bajando, y llegada a la pista forestal asfaltada, a la altura del chata Zverovka, y en poco menos de otra hora, de nuevo al punto de partida. El agua que se ha ido dosificando desde el primer lago por el que hemos pasado, se ha cansado de hacerlo, cayendo sin talento justo al llegar nosotros al refugio, que aprovechamos para abrigarnos un poco y hacer la comida. Otra hora y media más de bus median hasta nuestro destino de hoy, Stefanova. Nos albergamos en la chata vo Vyhnanej. Sigue jarreando agua, si no que se lo digan a los asistentes a un festival de heavy metal, que alguno debe seguir haciendo rafting todavía.

Subiendo a los lagos Rohácsky
            Aquí no hay negociación posible, y para dos noches que quedan, pues eso, que la cena a las 7. Toda la tarde cayendo agua sin parar, y rayos sin conocimiento. Tras la cena, sin flotador ni nada, pero con agua por encima del tobillo, nos atrevemos a cruzar a unas decenas de metros en el exterior, a una cabaña en la que hay un grupo de jóvenes que resulta ser una convivencia de fin de semana de una empresa de Krakovia dedicada a los RRHH. Sin contar esa incursión, los datos de hoy: Distancia: 14,4 Km. Tiempo total: 4h 50’. En movimiento: 4h 10’. Desnivel positivo acumulado: 720 m. Negativo: 720 m.
El cuarto Rohácsky, nuestra cumbre de hoy


Adentrándonos en el barranco Diery
            Sábado, 10 de agosto. Séptima y última jornada de monte. Y laurentina. Tras una noche de espanto sale una mañana envuelta en nieblas, con un ambiente más que otoñal. El programa de hoy era ascender un barranco y subir un pico cercano, pero al tratarse también de estar equipado con artilugios metálicos y seguir el tiempo así, los padres de la patria lo desestiman, de modo que barranco y… visita a Orava, que estaba prevista para el día en que llegamos aquí y no la hicimos por falta de tiempo.

Cuando el bosque habla
            Despedimos ya a Mariano, y nos disponemos a hacer el barranco, que lo conseguimos en apenas hora y media. No es tan espectacular como el del Paraíso Eslovaco, pero también tiene su puntito. Piedra caliza descompuesta, que nos permite ir asomándonos a algún mirador para ver nuestra progresión. El regreso por bosque, por bosque encantado, en una atmósfera súper otoñal, que nos hace extremar si cabe el respeto al pasar por entre tanto ser que tanto bien hace a la humanidad y a su casa. Al mediodía ya estamos de vuelta en nuestra chata. Comida en la cabaña, y a las furgonas, que ya ha vuelto Peter.

            En una hora nos presentamos en Orava para visitar su castillo. Impresionante, nos cuesta más de tres horas la visita. En este lugar se rodó en 1922 la famosa película Nosferatu, una obra maestra del cine mudo: http://www.youtube.com/watch?v=rcyzubFvBsA. Y poco más, de vuelta al redil a preparar el petate y la mochila, que mañana nos vamos. Snif. Snif.
Castillo de Orava


Castillo y ciudad de Trencin
            Domingo, 11 de agosto. Primera jornada de tránsito a la vuelta. Hoy amanece el día que tenía que haber amanecido ayer, porque claro, entre un pico y un castillo, no hay color, entre otras cosas porque al Nosferatu ese también te lo puedes encontrar en cualquier sitio. En fin, las cosas son como son. Dejamos estas montañas, que han servido para estar más cerca de todo aquello que las sustenta, y lo hacemos con unas raras sensaciones, entre duelo y agradecimiento. Hoy vamos camino de Bratislava, en donde pernoctaremos, pero antes hacemos una parada en Trencin, donde visitamos, cómo no?, su castillo, dando un repaso a la leyenda de Fátima, leyenda de amor, claro; y luego, tras tomar una ligera pero exquisita comida en el hotel Elizabeth, recorremos la ciudad.

Comiendo en el Elizabeth
            En Bratislava, un par de horas libres para tratar de ver lo que no vimos en la estancia anterior, lo que conseguimos en gran medida gracias al plano y sentido de la orientación de Fernando. Unos hipnotizadores destellos del sol en un pletórico Danubio nos llevan de nuevo al encuentro con Ondrej y Peter, que nos llevan a cenar al hotel, en cuya culminación hacemos las despedidas oficiales. Todo ‘mu bueno y mu abundante’, todos muy contentos con cómo ha transcurrido todo, y muy satisfechos de nuestra estancia en las montañas. Ondrej nos sorprende a todos con un sencillo pero emotivo colgante de una edelweiss, y por nuestra parte, le imponemos sendos pins de Esbarre, Stadium Casablanca y del CP Mayencos. Y como nos hemos portado bien, volvemos a la ciudad, para visitar la Bratislava 'a la nuit'. Con un par de horas nos conformamos. Vuelta al hotel.
El sol navega por el Danubio


El 'tito' Mozart
            Lunes, 12 de agosto. Segunda jornada de tránsito a la vuelta. En una hora nos presentamos en Viena. Son las ocho y media, y tenemos hasta las dos para empaparnos de la monumentalidad de esta histórica ciudad europea. Las furgonetas se quedan en un aparcamiento próximo a una estación de metro, la que aprovechamos para ir al mismísimo corazón vienés. Es tanto y tanto lo que se quiere ver en tan poco tiempo, es tanta la ansiedad que genera que no sé si se aprovecha bien el tiempo. Hacemos lo que podemos, y terminamos el periplo en un wok, donde la internacional cocina japonesa es pasto de nuestras ‘jambres’.

Catedral de San Esteban de Viena
            Algo antes de la hora pactada nos presentamos en las furgonas, y en media hora al aeropuerto. Despedida final de Ondrej y Peter, y a la terminal para los trámites habituales. No son las ocho cuando llegamos al Prat, donde nos despedimos de Benito y de Fernando. Al resto nos está esperando otro microbús, gentileza de Aragón Aventura, que nos lleva a la Estación Norte, y que por poco no podemos adelantar el billete de vuelta, de modo que hasta las once de la noche lo invertimos en unos bocatas que, por cierto, daba la impresión que los pedíamos en eslovaco. Autobús, y poco más, que concluye en casa este largo día de 27 horas.
 
Aeropuerto del Prat

            Como conclusión, hemos recorrido más de 100 km por estas montañas, permaneciendo en ellas más de 50 horas, de las que 33 han sido de actividad; con más de 11.000 metros de desnivel acumulado; y casi, casi, otro tanto subiendo y bajando castillos... Pero eso, siendo importante queda ampliamente superado por lo gratamente sorprendidos y encantados que hemos venido de nuestra estancia en los montes Tatras, y que nuestro deseo es que cada uno haya sido capaz de adquirir lo que más necesitara. Por nuestra parte ha sido mucho y muy bueno. Gracias a todos los que lo han hecho posible.


El reportaje completo de fotos, en: https://picasaweb.google.com/chematapia/Tatras#

Las crónica previa de José Luis, otro tatrero, en: http://viejamochila.blogspot.com.es/2013/07/eslovaquia.html

Y finalmente, las fotos de Javier Lacadena, otro tatrero: https://picasaweb.google.com/102721726042164179743/Tatras2013P


4 comentarios:

  1. ¡Espectacular!, no son plumas sino teclas pulsadas por ese mago de las montañas que en cada una de las crónicas te pone los pelos de punta.
    Ya estamos pensando en la próxima, mientras tanto a disfrutar.

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    1. Gracias, José Luis. Haremos por encontrarnos también en esa.

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  2. Chema gracias a ti he descubierto los Tatras! Preciosos paisajes.Me alegro de q lo hayas disfrutado.besos

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    1. Gracias, Patri. Me alegro de tu descubrimiento y de haber contribuido a ello.

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