lunes, 30 de junio de 2014

Mallo Acherito, un mundo de abismos

AQUERAS MONTAÑAS
Mallo Acherito (2.375 m)
Sábado, 28 de junio de 2014




            A todos nos pasa, que al abrir una caja de bombones no sabemos cuál coger. Esta vez es gris, con jaspeados blancos. Esta vez es verde, con grandes seres y frescos pastos. Esta vez no es la famosa caja roja, no. Esta vez es marca Lin…za. Sabroso chocolate fundente, chocolate de mil matices, con pepitas que lo hacen más auténtico, si cabe. Y ha habido que elegir en esa caja, en esa gran caja llena de bombones, todos con sus nombres y apellidos. Y el elegido ha sido… el Mallo de Acherito.

Alegres mañanas de Linza
            El Valle del Aspe, que forma un tête à tête con el del Aragón, como si de una hernia se tratara, ha creado un espectacular circo, de Lescun le llaman, y lo ha hecho para formar ese ménage à trois con los puertos de Linza y Acherito, en el municipio de Ansó. Allí donde confluye su agitada historia geológica. Allí donde los cielos se calman para contemplar tanta belleza. Allí donde el visitante asiste impávido ante tan magno espectáculo. Allí.

            En una fresca mañana, que para dar la razón a las previsiones, anuncia cambio de tiempo, salimos del Plano de la Casa, nombre poco conocido, donde se asienta el refugio de Linza, con Josemari y Ángel, para dar buena cuenta de este extraordinario recorrido, que participa de hayedos con sabor atlántico, de finos pastos, y del siempre tirano mundo mineral. Un recorrido que iniciamos subiendo al Salto del Caballo, ese tajo que el terreno hace para facilitar el paso al bosque de Gamueta, para volver por el viejo camino del Puerto de Ansó.


En busca del Salto del Caballo
            Dejamos el desvío a la derecha y continuamos en dirección este, mimetizados en el bosque, donde las estilizadas hayas compiten por la luz. Atrás quedan, cuando avanzamos ya por entre la tasca de los puertos en busca del paso del Oso, que eludimos ligeramente por la derecha a través de una pendiente herbosa, que nos lleva hacia la Plana Diego, para comenzar ya a ver los últimos jirones de invierno que se resisten a marchar, y que intermitentemente nos llevan hasta un pequeño circo, cuyo barranco será depositario de nuestros pasos de regreso.

Objetivo a la vista
            Con el objetivo a la vista, nos situamos ya en su base. En menos de una hora llegamos a la cima de esta espectacular atalaya, donde cien ojos que tuviéramos serían pocos para hacer frente a todo lo que tenemos a nuestro alrededor. Este monte, se asoma a pico al barranco de Acherito, y en él confluyen además, el que hemos traído de subida, y el que llevaremos de bajada. Y no son las fuertes ráfagas de frío viento las que nos apabilan, no, es la grandeza de lo que tenemos a nuestros pies. Mundo Lescun, con sus afiladas Agujas de Ansabère, Petrechema, Mesa, con su Tabla. Mundo Acherito, con Oza y Guarrinza. Mundo Gamueta, con sus Gabachos, Gorretas y Anzotiellos. Mundo Bisaurín, Agüerri y Acher. Mundo Txipeta, Petreficha y Quimboa. Mundo Alanos. Mundo Forca y Lenito. Todo un mundo pétreo que se alza inhiesto hacia las alturas de las que participa.

Infinitos cordales
            A pesar de todo lo que nos ofrece, hoy no está muy hospitalaria. Un repentino cambio de tiempo se acelera, y lo que eran pasajeras nubes que incluso se agradecían dejan paso al frente que se precipita sobre estas tierras. Un frente de norte que nos trae inestabilidad y frío para mañana, pero que ya va entrando hoy por aquí. Así es que, sin mucho más entretenimiento, hay que comenzar a bajar. Y lo hacemos acercándonos al collado del Huerto para admirar, tendidos en el suelo obligado por el fuerte viento, el abismo a tajo que se abre a nuestros pies.



Pino negro
            Bajamos la prominencia cimera y, tras pasar varios neveros, nos metemos por el cono de deyección de un circo que se abre al norte, en busca del barranco de Petrechema, en busca del sendero que baja del Puerto de Ansó por las Foyas del Ingeniero, en busca, en definitiva de la Senda de Camille, que por aquí transita, uniendo Lescún con Linza. Vamos dejando atrás la atormentada caliza de cuyo seno brota el milagro de la vida en forma de salteados ejemplares de pino negro, y nos vamos incorporando ya a ese fondo de valle de cómodo discurrir, donde la piedra da paso a la hierba, y el aire al bosque.

            Y poco más, en cuatro patadas llegamos ya al punto de origen. Algo más de 13 km, con 1.240 metros de desnivel positivo acumulado, y lo mismo de descenso, en poco más de cinco horas y media de actividad, de las que menos de cuatro han sido en movimiento. Buena mañana. Buena compañía. Buenos montes.





Las fotos, en:
https://picasaweb.google.com/chematapia/MalloAcherito2375M
Foto de cabecera: Pirineos3000

El trac, en:

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