martes, 19 de mayo de 2015

El Borreguil de la Cuca

IXOS MONS
El Borreguil de la Cuca (2.096 m)
Sábado, 16 de mayo de 2015



            Cuando el invierno ha sido tan largo, cuando el invierno se ha gustado tanto de estar entre nosotros, cuando al invierno le hace duelo dejarnos y quiere jugar con nosotros al escondite, cuando una bolsa de aire caliente del continente sureño lo ha empujado a golpe térmico, nos ha demostrado su poderío, nos ha dicho que no lo echa nadie, que se va si quiere, en cuyo caso no podemos hacer otra cosa más que seguirle el juego. Sí, porque en ese cúcú tástás es en el que se ha desenvuelto la salida de hoy. Una salida programada en principio al otro collado de Estiviella, para dirigirnos al paso del Sarrio, travesía totalmente desaconsejada con nieve. Y en ese cúcú tástás hemos querido estar para darle la vuelta. Si no nos deja ir a un collado… nos vamos al otro, nos vamos al Borreguil de la Cuca. Vamos.

Al inicio del sendero
            La verdad es que se hace raro este ambiente. La luz, la vegetación, de la falda del monte es primaveral, sin embargo las crestas tienen un aspecto totalmente invernal. El zarpazo que dio ayer el tiempo sigue agarrado por las alturas a las que nos dirigimos en un comienzo de jornada en la que seis mayencos, Silvia, Marisa, María, Josemari, Paco y servidor picapedrero, comenzamos nuestra andadura por la margen izquierda del barranco de Estiviella. El camino parte del complejo de las piscinas, en el paseo de los Ayerbe, justo detrás de la iglesia de Canfranc Estación. Una cabaña de las llamadas por aquí de “falsa cúpula” ha sido habilitada para ser visitada, como muestra de unos oficios perdidos. La dejamos en su reposo eterno, y a gusto nos dejamos engullir por el bosque, por un hayedo renovado, cuyas hojas han nacido a este mundo empujadas por esa vida que todo lo ampara y que de todo tira hacia su devenir, hacia su desarrollo. Como el nuestro, que impenitentemente se va comiendo lazada tras lazada en un auténtico disfrute de aromas y colores.



En progresión por el bosque
            Fuente del Burro, que no sabemos de dónde le viene el nombre, pero lo que sí sabemos es lo rica que mana el agua. Esperanzados vamos viendo cómo el fuerte viento va despejando los montes de enfrente, Raca, Anayet, Moleta, Collarada, todos van viendo pasar las nubes como queriendo despedirse ya de ellas. En hora y cuarto nos presentamos en la Olla de Estiviella, encima de la llamada Cola de Caballo, que hoy no llega ni a potro. En este punto comienza la circular, que en descenso baja al punto de arranque por la otra margen del barranco, por los antiguos viveros de Secrás. Y también en este punto continúa hacia nuestra derecha el sendero que nos va a llevar, o al menos lo vamos a intentar, a nuestra cumbre de hoy.

Comienza la nieve
            Seguimos por terreno de bosque, en el que los temporales de este invierno han tumbado alguno de sus ejemplares cruzándolos en el camino, lo que obliga a hacer alguna comedia para sobrepasarlos. Dejamos a nuestra derecha el desvío para ir al pico del Águila, y continuamos. A unos 1.800 metros comenzamos a pisar nieve, un manto que conforme vamos ganando altura, se va haciendo más espeso. Finalmente, al cabo de dos horas y tres cuartos desde el inicio, alcanzamos el collado de Estiviella, muy bien anunciado en un cartel, pero que seguimos teniendo la visibilidad muy limitada. El fuerte viento ha esculpido caprichosas formas de hielo que comparten espacio con nosotros hasta la llegada a la cumbre tras una pequeña y sencilla trepada, aunque en estas circunstancias hay que extremar la precaución.



Trepada cimera
            Borreguil de la Cuca, puntal más nororiental de este macizo de Estiviella, y desde donde se tienen que ver unas panorámicas increíbles hacia las dos cuencas, la propia de Estiviella por la que subimos, y la de Tortiellas al norte, pero que sólo lo hacemos con los ojos de dentro, porque con los de afuera apenas nos vemos los unos a los otros. Cumbre invernal a mitad de mayo, fotos, alguna risa, y p’abajo, en busca de lo que hemos dejado, que prometía.

Cumbre
           Por el mismo camino, en hora y cuarto nos presentamos de nuevo en la Olla, en donde paramos a echar un bocado, que no se diga… La bajada la hacemos por Secrás, disfrutando también de este otro tramo de bosque, que poco a poco nos va bajando hasta el punto de partida. En total han sido 6h 30’, de los que 4h 40’ han sido en movimiento, para recorrer los casi 16 km y en torno a 1.100 metros de D+ y D- acumulados. A gusto. Eso es lo que ha dado de sí una mañana primaveral de cintura para abajo e invernal de cintura para arriba.



  
(*) Ante la imposibilidad de obtener una imagen panorámica de la montaña, la estival de cabecera se ha obtenido del blog de Xabier Berriozar, al que agradecemos su aportación. 

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