lunes, 10 de octubre de 2016

Juan, para siempre



            Este mes de octubre comenzaba con una noticia de impacto, con una noticia que nos dejó a todos paralizados, completamente helados, como si una intempestiva ola de frío polar hubiera arrasado repentinamente todo nuestro ser. Así fue, como un sórdido aldabonazo. Mientras la siempre fría mente se resistía a procesarlo, el corazón, que a todas partes llega, se iba desgarrando en mil jirones. El mortal accidente de montaña de Juan Marcén inundó la atmósfera de una apacible tarde de otoño.


            La conmoción se adueñó de todos los que le conocíamos, de todos los que le queríamos, de todos los que directa o indirectamente hemos ido siguiendo su vida, paralela a la de nuestros hijos, que como él han ido buscando en el deporte ligado a la naturaleza, su razón de ser. Una conmoción, decimos, que fue extendiéndose como un reguero de pólvora sobre su club de siempre, sobre el mundo del colectivo de ese deporte que tanto amaba, sobre la población de Jaca en general.  




            Una gran pérdida, una gran tristeza, nos inunda, pero que hemos de saber migrar dejándonos absorber por esa fortaleza que le ha guiado en su vida para alcanzar sus metas. Pensar que si antes podía estar con unos o con otros en cada momento, ahora lo está con todos al mismo tiempo, y eso nos debe guiar para poder superar este brutal impacto. Este sábado pasado, cuando se cumplía una semana del fatal desenlace, el club, con la complicidad de la familia, le ha dedicado un hondo homenaje, en el que se han dado cita cientos de personas para manifestar su cercanía en estos duros momentos. Valentía, pues, valentía y entereza en esa familia que ha querido enfrentarse a cada una de las personas que con lágrimas en sus ojos han correspondido con sentidos abrazos, con sentidas condolencias. No podemos olvidarnos, en estos amargos momentos, del compañero de viaje en esa su última salida de montaña, quien vivió ese instante fatídico, y que también demostró su valentía al no faltar a la convocatoria del club.

            El acto lo abrió Luis, el presidente, dando la bienvenida y agradeciendo la presencia a los asistentes. Le siguió Mariano, el padre, y Noel, el hermano mayor, ambos destacando su figura desde la óptica familiar. A continuación, intervinieron Jennay y Chipi, quienes pusieron de relieve sus valores deportivos. Y culminó el acto Jesús, más cercano en edad y complicidad, con quien compartió duros y en ocasiones largos inviernos sobre el blanco elemento que tanto han amado, y lo siguen haciendo.  Mientras, la emoción se iba adueñando de la sala, que se iba ilustrando con la proyección de una batería de fotografías, la mayoría cedidas por la familia, de su infancia y juventud, donde se podía ver la inclinación por el deporte que siempre se ha caracterizado en esa casa, teniendo en Mariano uno de los mayores impulsores en la ciudad, de esta modalidad de esquí, como es el nórdico, que tantas alegrías ha traído a su familia, al club y a Jaca en general.


            Gracias a la familia por su presencia, gracias a los amigos por saber estar ahí, gracias al club por la iniciativa. Y gracias en general a todos los asistentes por haber demostrado que en momentos como éste lo que importa es la amistad y el cariño.


También Juan estuvo en nuestro recuerdo en
Punta Lardana, segunda cumbre pirenaica
             Apenas terminado el acto, Sara, Rafa y el que suscribe, tuvimos que salir apresuradamente, porque a esas horas ya teníamos que haber estado a pie de montaña, lejos de aquí, para cumplir un compromiso que habíamos adquirido para el día siguiente, con otros miembros del club. En esa súbita salida, me abordó Fernando Val, presidente que fue del club durante más de veinte años y que también conoce la pérdida de una hija, quien tomándome del brazo con energía, me dijo: 
- “… Juan es el primer socio que fallece en acto deportivo en estos sesenta años…”. 
- “… y que sea el último…”. Añadí.







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