domingo, 29 de enero de 2017

Pueblos del Guara Septentrional, por las huellas que el tiempo deja

MONS CON NIEU
Pueblos del Guara Septentrional
Bentué de Nocito (1.075 m)
Abellada (1.220 m)
Azpe (1.255 m)
Used (1.140 m)
Sábado, 28 de enero de 2017







¡Si supieran ver que hay huellas en la nieve 
que ni un sarrio ni un esquí pueden dejar!...
¡Si siguiéndolas llegaran a esta puerta!...
¡Si trucasen... Tal vez pudieran entrar!

Tozal de Guara. Soberbio.
            No se nos ocurre una mejor forma de comenzar este nuevo relato de otra salida invernal. Esta vez hemos elegido unos versos que le van al pelo a estas tierras calladas a las nadie les cerró los ojos antes de partir. Nadie se entretuvo en ello. Nadie pensó en ello. Todos marcharon. Y ahí siguen, mirando sin ver, llorando sin llorar. Al igual que los versos del comienzo, todo son referencias a letras de canciones de La Ronda de Boltaña, que como pocos han sabido retratar, literaria y sonoramente, el alma de estos pueblos que ha ido languideciendo poco a poco en las últimas décadas. Como estos otros de “…si los hombres permanecen, los dioses ya volverán…”, pero no, no han permanecido, obligando a los dioses a encarnarse en esos viejos robles a pie de camino, que te hacen mantener la respiración al pasar junto a ellos. No, ya no hay huellas en la nieve que lleguen a las casas, tampoco hay que trucar en las puertas, no hay nadie que las abra… no es necesario, quedaron abiertas.

Bentué de Nocito
Barranco de Abellada
            Al norte de la Sierra de Guara, entre ésta y la de Aineto, se encuentra una tierra, labrada, regada, por varios barrancos cuyos nombres participan del de los pueblos que junto a ellos han sabido abrirse a la vida, austera vida, durante siglos. Hoy nos hemos lanzado por estos nevados caminos que unen pequeños pueblos de casas espaldadas, y que como muchas, muchas, de las últimas nevadas, se han ido regalando sin perder la virginidad.

Imagen de arranque, en Bentué de Nocito

Calzadas
            Partimos, pues, de Bentué de Nocito para recorrer esos caminos de viejo que unían pueblos, unos caminos en largos tramos empedrados y que al poco de ir pisando barro, se comienza ya a convertir en nieve, una nieve que íbamos pisando como si fuera la primera vez, como que era la primera vez. Los bojes y pinos se van viendo intercalados ya con enormes ejemplares de roble, que invitan a posar junto a ellos. Pronto nos abrazamos al barranco de Abellada, que discurre lentamente bajo una ligera capa helada, un barranco que cruzamos en varias ocasiones, una de ellas junto al molino de ese pueblo.


Progresando por los caminos nevados
Casa Otín. Fachada donde se aprecia la vieja torre
            Al llegar al cruce, en el que un indicador nos confirma la dirección a seguir, es opción la de entrar a Abellada, y la tomamos, cruzando de nuevo su barranco. La entrada al pueblo se hace por una fuente. Sorprende las grandes dimensiones de Casa Otín, cuyas paredes luchan por mantenerse en pie. Una casa grande sin duda, que fue construida aprovechando una vieja torre defensiva. Breve visita por lo que puede ser visitado, breve bocado también, y a pasar por última vez ese barranco de Abellada para llegarnos al cruce y seguir ruta.

Barrancos hibernando

Entrada a Azpe
            Continuamos por esos caminos nevados, cuyo silencio sólo es roto por la descarga de nieve de las ramas de los bojes. Unos bojes que colonizan el territorio, y que se van intercalando por enormes ejemplares de robles cuyas desnudas ramas sólo son capaces de albergar el aire. Rendimos pleitesía y nos los llevamos en imágenes. Tras pasar por un alto, que va dejando atrás el bosque, y que deja al descubierto amplios terrenos cubiertos de nieve, el camino se va encorsetando por unas lajas a uno y otro lado hasta llegar a Azpe, nuestro siguiente pueblo deshabitado, también con un reducido puñado de casas, que van viendo pasar el tiempo, que poco a poco le va sustrayendo piedra a piedra.

La magia del bosque nevado
En las cercanías de Used
         Dejamos atrás el indicador a Bara y seguimos nuestra ruta, ahora en dirección a Used. Nuestra mirada se ceba en ese cordal, extraordinario cordal de Guara, desde el Tozal, hasta el Cabezo, pasando por la Punta Ballemona y el Cubilás. Por un breve tramo nos abrazamos al barranco de Used, para dejarlo a su aire y seguir a lo nuestro, hasta este otro pueblo que, al estar ya al amor de una carretera ve cómo sus esfuerzos por sobrevivir se ven compensados con el arreglo de alguna casa. Paramos a echar otro bocado y seguimos, para llegar en media hora al punto de partida, Bentué de Nocito, en cuyas proximidades tenemos los vehículos.

Casa O Ferrero, en Bentué de Nocito
            Una mañana en la que nos ha acompañado lo meteorológico, con ratos incluso disfrutando del sol, aunque en los otros también lo hemos hecho. Sí, a lo largo de las 5 horas de tiempo total, del que 3h 55’ han sido en movimiento, para recorrer 12,7 km, y salvar un desnivel acumulado D+/D- de 630 metros por silenciosos caminos en unas tierras en las que todavía se oyen los ecos de tiempos mejores.
  



El track, en: https://www.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=16245212



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