sábado, 3 de junio de 2017

La Retuerta y Puyburell, por las planas de la Ribera Baja

IXOS MONS
La Retuerta (413 m)
Puyburell (417 m)
Viernes, 2 de junio de 2017



            La Ribera Baja del Ebro participa del ambiente ribereño y de la estepa monegrina. Completando nuestro periplo por las tierras de esta comarca, hoy visitamos dos montículos, a falta de grandes alturas. El primero de ellos es en la zona de la Retuerta de Pina, y el segundo en la de las saladas de Sástago-Bujaraloz. Son poco visitados ambos, pero sin duda poseen interés medioambiental digno de mención.

Comienzo y fin de la ruta

Ambiente mediterráneo
            La Retuerta. Para llegarnos a la Retuerta de Pina, lo más cómodo es hacerlo por la N-II, muy cerca del P.K. 382, concretamente a la altura del hostal El Ciervo. Justo detrás encontramos un sorprendente palomar, inicio y final de la ruta. Una ruta que discurre por el camino de la Val de Falcones, a través de uno de los últimos sabinares de los Monegros. Entrar en él es transportarte a hace cientos de años, imaginando que buena parte de las provincias de Zaragoza y Huesca estarían así pobladas. Los campos de cultivo se van alternando por entre los huecos que dejan pinos y sabinas. Es un espacio de reducidas dimensiones, pero que contiene una enorme biodiversidad animal, concretamente en cuanto a especies de vertebrados, se pueden ver ciervos, zorros, gato montés, conejos, milanos y águilas, principalmente. Y de invertebrados hay más de 5000 especies inventariadas, siendo más de 200 de ellas endémicas del lugar.

Cultivos

Grandes ejemplares
            No hay grandes alturas, pero tampoco se puede decir que sea plano, ya que conviven los cerros y las vaguadas, en un clima continental extremo, caracterizado por importantes picos de temperatura, con escasas precipitaciones y fuertes vientos. Con esas características, las especies más adaptadas son el pino carrasco en las partes más altas y soleadas, y la sabina albar en las más bajas y expuestas a hielos y nieblas. En cuanto a vegetación arbustiva, es rica en especies esteparias, tomillos, romeros, aliagas, lino blanco, plantas todas ellas que gustan de suelos ricos en yesos y sal.

Horizontes

Estepa
            Por el camino vemos alguna caseta de recreo. No llegando a los 4 kilómetros encontramos el vértice geodésico, subido a un pedestal de hormigón de 4 ó 5 metros, al que nos subimos para mejor ver los alrededores, con lejanos horizontes al estar en paisaje monegrino y muy próximos al río Ebro. Y con las mismas, regresamos por donde hemos venido, hasta el palomar, habiendo recorrido unos 7,7 km, en un tiempo total de 1h 50’, del que 1h 40’ ha sido en movimiento, con un desnivel acumulado +/- de apenas 135 metros, habiendo visitado una singular zona visitada más por científicos y naturalistas que por los que tenemos el mero placer de andar por el monte.


Vistas de Sástago y su vega, desde el Mirador de los Meandros

Laguna de Guallar, junto a la masía de Ordovás
            Puyburell. De nuevo en la N-II. Retrocediendo hacia Zaragoza, nos metemos por la A-1105 para pasar por Gelsa, y una vez cruzado el Ebro, nos incorporamos a la A-221 hasta Sástago, donde volvemos a cruzar a la margen izquierda del río, para tomar la A-2105 dirección a Bujaraloz, en cuyo arranque encontramos una gran explanada a mano izquierda, con un gran balcón sobre el río y su vega, se llama Mirador de los Meandros. Continuamos ruta, y sobre el P.K. 10,5 se toma una pista agrícola perpendicular, también a mano izquierda.

Cielos salinos

Cruce con la Vía Augusta
            Entramos en un entorno natural simple, austero, de suelos salinos y yesosos, con clima extremo continental, donde sólo sobreviven especies, tanto animales como vegetales, muy adaptadas a estas condiciones. Las características del suelo y las pocas precipitaciones son los ingredientes perfectos para encontrar singulares extensiones de humedales, catalogadas como Las Saladas de Sástago-Bujaraloz, puesto que de los dos municipios participan. Junto con la Laguna de Gallocanta, las Saladas de Chiprana y los Tremedales de Orihuela son los cuatro espacios incluidos en la lista del Convenio Ramsar, un tratado intergubernamental para la cooperación internacional en materia de humedales, para su conservación y uso racional.

Mases de Escanilla

Paisajes
            En el caso que nos ocupa, hablamos de un centenar de cubetas de carácter endorreico, y se tiene como el más extenso de la Europa occidental. Relevantes, e incluidas en el convenio tan sólo son 26. Al poco de entrar en la pista nos topamos con la laguna de Guallar, que agoniza como un ojo seco mirando al infinito. Junto a ella, el mas de Ordovás, también abandonado a su suerte. Este tipo de construcciones eran habitadas por familias enteras en época de labores en los campos, en el caso de estar alejados de las poblaciones. Hoy en día, los campos que no se han abandonado se trabajan de forma mecanizada, contribuyendo a su paulatina ruina.

Llegando al objetivo

Vértice geodésico del Puyburell
            Grandes extensiones agrícolas a uno y otro lado de la rectilínea pista, que cruza el camino de Sástago a Bujaraloz, y más adelante la Vía Augusta, como uno de los muchos vestigios que nuestros antepasados los romanos dejaron por estas tierras. Se pasa junto a los ruinosos mases de Escanilla, y al poco de llegar a la divisoria del término de Sástago con el de Pina de Ebro, se encuentra nuestro segundo objetivo, el vértice geodésico de Puyburell, terreno involucrado activamente en nuestra última contienda. Está situado en lo alto de un cotarro, sobre una amplia plataforma, desde la que se divisan campos y más campos, que esperamos sean productivos a pesar de la pertinaz sequía.

Cultivos heroicos

            Sólo nos resta volver sobre nuestros pasos hasta la carretera, habiendo recorrido 9,5 km, en un tiempo total aproximado de 2 horas, del que 1h 50’ han sido en movimiento, con un inapreciable desnivel de apenas 90 metros, por unos lugares áridos de nuestra geografía, pero con unos encantos ocultos que sorprende su descubrimiento. 



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